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02/12/2020

Eduardo Romo Laffoy – Nuevo Director Ejecutivo

Fundación Mustakis presenta a su nuevo Director Ejecutivo

Eduardo Romo Laffoy asumió en el cargo durante el mes de septiembre de 2020.

El nuevo Director Ejecutivo de Fundación Mustakis es periodista de profesión, máster en artes liberales de la Universidad de Navarra y tiene un postgrado en Marketing de la Universidad Adolfo Ibáñez. Cuenta con una vasta experiencia en comunicaciones corporativas y de marketing institucional, así como gestión de la plataforma de sustentabilidad y reputación corporativa. En esta entrevista nos habla sobre los desafíos que enfrenta en su nuevo cargo. 

Con un breve paso por los medios de comunicación una vez que egresó de la carrera de periodismo de la Universidad Católica de Chile, Eduardo Romo explica que se especializó rápidamente en el mundo corporativo, sobre todo en organizaciones non-profit. Así las cosas trabajó en cargos directivos de Fundación Gente Nueva y Generación Empresarial. Luego asumió responsabilidades internacionales y regionales como Gerente y Director para América Latina en The Coca-Cola Company y fundó, junto a otros tres profesionales, la consultora Más Consciente. 

¿Respecto a tu llegada a la Fundación, cuál es tu rol como nuevo Director Ejecutivo? ¿Cuáles son las directrices y los lineamientos que se quieren llevar a cabo en la Fundación, la que también está en un proceso de cambio desde comienzo de este año?

Lo primero que tengo que decir es que me sedujo el hecho de que la Fundación tuviera por interés desarrollar a un ser humano integral o buscar el desarrollo integral de la persona no solo en su propósito escrito, sino que también en su origen, porque vi los estatutos donde eso está escrito. Lo encontré desafiante y me hace levantarme todas las mañanas muy motivado. Quizás tiene que ver con un pasado mío de haber estado en fundaciones, la formación que tengo, con desafíos personales donde hago mucho clic con esto. Efectivamente la Fundación tiene ese tremendo desafío y está en un momento de transición, no solamente del mundo con la pandemia, con los desafíos económicos y sociales, sino que también se está planteando en un momento en que cambió la estructura. Hay gente que ocupaba roles que hoy pasan a tener mayor liderazgo en un organigrama distinto. Se requiere trabajar en algunas líneas y liderazgos en la gestión. Después estamos abocados a hacernos ver y a ofrecer un servicio en el mundo virtual, lo que es algo completamente nuevo y, por lo tanto, cambia la escala y los procesos. Es un proceso que se está haciendo bien pero que supone mucho esfuerzo desde el punto de vista de la energía y de orquestar todas las áreas para buscar un servicio que sea realmente óptimo. Hay muchos procesos caminando que tienen que ver con desarrollo de talento, con cambiarse al mundo virtual, con cumplir con ese propósito. Yo, personalmente, creo que hay una oportunidad preciosa de poder llegar no solamente a mucha gente, sino que también a influir desde el punto de vista del aprendizaje y del desarrollo integral, que es el mundo escolar, nuestro principal target.

Estamos, en un año muy difícil, donde sabemos que el próximo no se ve muy auspicioso también, ¿cómo ven el desarrollo que se continuará haciendo con las comunidades escolares a través del mundo virtual? 

Las comunidades escolares son un público objetivo enorme. Y cuando uno lo empieza a ver más en detalle se ven las personas detrás. Por ejemplo, un niño que se llama  Pedro, que tiene 10 años, que vive en la comuna de Recoleta y que tiene una familia monoparental -situación que se visualiza mucho y con bastante trabajo de la madre que es la que quizás está más cerca de él-, que no cuenta con necesidades básicas bien cubiertas y que incluso puede llegar con hambre en algunos casos, es el tipo de persona que tenemos como desafío llegar, con el fin de mejorar estos espacios en un proceso de desarrollo integral. Por otro lado, tienes que juntar esta realidad con el mundo virtual porque el presencial que antes llegaba a nuestras oficinas en Recoleta se interrumpió y sucedió de un día para otro. Hay gente que dice que avanzamos en lo tecnológico 10 años en una jornada, algo que tuvimos que asumir y punto. Entonces el desafío nuestro hoy es desarrollar las mejores plataformas a través del e-learning, pero también con los contenidos y el sello Mustakis. Éste contempla la estética, el arte, la creatividad y todas esas características y valores que vamos a seguir manteniendo porque además son entretenidas y cercanas con los niños. 

En cuanto a la disponibilidad de contar con Internet para las actividades virtuales supone que la dificultad que hay en Chile, más que tener el aparato, es la conexión. Hay un enorme problema de conectividad que se traduce en el costo de la bolsa de datos. Entonces, la complicación que tienen los niños no es tanto acceder a la tecnología, sino que los costos que eso implica. Si bien se han hecho algunos esfuerzos con las operadoras, yo creo que hay un tema de política pública que podría mejorarse aún en el sentido de ver de qué manera los colegios podrían tener tarifas menores y bolsas de datos más asequibles para los escolares. Sin embargo, hoy ya podemos partir con mucha fuerza con miles de niños que sí tienen conectividad y necesitan este desarrollo integral visto en tres capas: en lo cognitivo, que no se fundamente solo en los contenidos como ha pasado en la educación tradicional, sino que, en lo reflexivo, y en el “aprender haciendo” usando cabeza y mano, pero también corazón. Por otro lado, lo socioemocional es muy importante también. Son variables que hoy son muy necesarias en Chile y en el mundo, pero que acá no tenemos. No nos escuchamos y nos falta mucha empatía y contención, acercarnos y realizar trabajo colaborativo. Todas son variables muy importantes y tienen que ver con la educación que viene, con una que es colectiva, donde las personas necesitan relacionarse y la inteligencia colectiva aflora, donde lo individual se empieza a transformar en un todo y donde nos entendemos desde otro sitio. Finalmente, la tercera variable tiene que ver con algo que es importante porque por cualquiera de estos canales uno entra, pero también hay que hacerlo desde el cuerpo, de lo físico, con una sana respiración y energías. En este punto, la ciencia y la neurociencia, sobre todo, ven cómo desde una palabra se generan lluvias químicas y energéticas que finalmente impactan en el cuerpo. Pero uno que está cansado, agotado y desvencijado no se predispone al conocimiento. Entonces si uno no entiende que la educación hoy en día es holística y que las variables mental, cognitiva y física no están integradas, no estás teniendo una educación como corresponde. En ese sentido, debieran cambiar muchos de los contenidos, debería haber habilidades, competencias y aprendizajes que tendrían que estar mucho más de manifiesto y porque lo necesitamos. Aquí cambia el rol del profesor. Lo virtual nos evidenció que el aula cambió y que es todo un desafío. Muy bonito por lo demás. 

Este cambio supone un gran desafío y, en ese sentido, llaman la atención los valiosos e innovadores contenidos para niños y adolescentes desplegados a través de la plataforma Mustakis en Casas (mustakisencasa.org) que ha desarrollado la Fundación. ¿Cómo se quiere trabajar de manera más directa con las comunidades escolares y cómo el mundo virtual puede llegar a través de las emociones de los niños, jóvenes y profesores?

Hasta los colegios más antiguos e incluso las universidades más tradicionales están tratando de cuadrar el círculo. Hay varios caminos y en ese sentido, Fundación Mustakis tiene una gran virtud: se está pensando como una empresa eficiente con diferentes áreas: una de innovación y contenido, que precisamente lo que está haciendo es una búsqueda mundial de las mejores prácticas del desarrollo integral y que va a permitir nutrirnos de la ciencia, la no ciencia y la intuición en el grado de avance que se tenga. Por lo tanto, sí tiene que haber investigación y contenidos innovadores. Hay una segunda gerencia que tiene que ver con tecnología y plataforma y esa es muy necesaria hoy en día porque el mundo de la inteligencia artificial y de la tecnología llegó para quedarse. Nosotros estamos convencidos de eso. La gerencia va a mirar a la Fundación entera para decir cuáles son las mejores prácticas en todo el proceso hasta llegar a los beneficiarios, que son niños, niñas y jóvenes.  En ese sentido, esa área cuenta además con programas que se están desarrollando como robótica, programación, donde además se incluye lo socioemocional y lo cognitivo. Hay un programa que junta arte con tecnología y que ha sido un éxito: se llama Artekis. A esas dos áreas que son muy importantes se suman áreas tradicionales que normalmente las fundaciones no las tienen que son recursos humanos y talentos, una gerencia o área de liderazgo, de desarrollo integral, un área de comunicaciones y de comunidades. En total las cinco son: innovación y contenido, tecnología, talentos, comunicación y desarrollo integral. Lo interesante de esto es que tenemos un equipo humano muy potente, porque al final de cuentas estamos hablando de un desarrollo bastante completo y el desafío entonces es poder trabajar con todos. 

Hay que decir que hasta el diseño de nuestro organigrama es distinto. Está pensado como un anfiteatro que se trabajó con una consultora de manera inicial y luego nos tocó enriquecer el proceso para activar todas las funciones. Se trata de un anfiteatro donde ocurren las cosas en permanente relación, bien matricial. Nuestro desafío ahora es echar a andar este aparato para lograr nuestros objetivos.