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22/07/2021

El arte y la cultura como herramientas para el desarrollo socioemocional de niños, niñas y jóvenes

“Vive la Música” es una de las cuatro líneas de la programación que ofrece “El Teatro Educativo de Panguipulli” (TEAP), espacio único en Chile de carácter formativo, que tiene como objetivo facilitar y consolidar el acceso a la cultura para niños y jóvenes de la comuna. No solo por el goce estético, si no que también por el desarrollo integral en lo que respecta a la formación socioemocional de los receptores.

Es por esto que Fundación Mustakis decidió reconocer a la Corporación de Adelanto de Panguipulli y a la líder de la iniciativa, Pamela Calsow, a través de los Fondos Concursables Mustakis 2021. Con el aporte financiero, podrán aumentar la cobertura en la comuna y, con ello, llegar a más de 8.000 estudiantes de colegios públicos/subvencionados.

Democratizando la cultura

 

El gran problema que advierten los autores de “Viva la Música” es la carencia de un plan escolar de formación integral en el área de las artes en los establecimientos educacionales señalados. La consecuencia de esto, indican, es un déficit de bienes culturales que limita las oportunidades de desarrollo y, con ello, se perpetúa la brecha social de niñas, niños y jóvenes.
Producto de esto, se vuelve indispensable complementar los planes escolares por medio del arte, como un puente entre la formación y el aprendizaje, de manera de liberar el potencial creativo de toda la comunidad.

“Soñamos con transformar la educación para cambiar vidas”.

Pamela Calsow, responsable de “Vive la Música”.

Gracias a los fondos recibidos, se podrá acercar el arte a todas y todos, sin que el factor socioeconómico signifique una barrera en su acceso. Si bien habían desarrollado campamentos asociados al programa “Vive la Música”, los aportes públicos y privados recibidos no permiten su continuidad en el tiempo. Sin embargo, esta realidad cambiará, ahora que son parte del Ecosistema Mustakis, lo que permitirá impactar en las vidas de más de ocho mil niños, niñas y jóvenes del lugar, además de sus docentes y familias.

La música y el desarrollo integral

 

A través de cuatro etapas, “Vive la Música” se focaliza en la profundización de las habilidades socioafectivas de las y los estudiantes, con eje en la persona y su autonomía para enfrentar las distintas etapas propuestas. Entre los objetivos figura el reconocimiento y expresión de las emociones vinculados a ejercicios musicales, así como también la relación con los otros mediante la dinámica de la orquesta.

Parte del desarrollo integral que se obtiene por medio de la música dice relación con el primer instrumento de todo sujeto: su cuerpo. En este sentido, “Vive la Música” apuesta por la inclusión del baile, las mímicas, las dramatizaciones, coreografías y la improvisación, como estrategias significativas para los y las estudiantes ¿Por qué? Porque en la relación música y corporalidad, los participantes conocen sus posibilidades y limitaciones de su propio cuerpo, pero también de sus emociones.

Y al momento de sumarse a otros, y formar así comunidad, el ejercicio individual toma un matiz colectivo, en donde los estudiantes coinciden en el “aprender haciendo”, dice Calsow. El compartir en una banda, grupo u orquesta, permite el intercambio positivo entre pares y el sujeto se siente parte de un conjunto y genera, a su vez, la empatía por otro que no es sí mismo.

Lo dicho repercute, en consecuencia, en el ámbito escolar, puesto que se fortalecen aspectos sociales e identitarios claves para su vida en comunidad, en el colegio, en la familia y la comuna también. De esta forma, se crea una red que se expande y que involucra, que llama a vivir en comunidad, a ser y formar parte.