“El ser humano necesita poder integrar en su desarrollo aspectos que nutran el área cognitiva, emocional, espiritual y corpórea, para poder encontrar en su camino hacia la adultez”, comenta Carolina Bunge, psicóloga clínica infanto-juvenil y coautora del libro “Con todo mi Yo”. El texto, que contiene preguntas que apuntan al autoconocimiento e ilustraciones inspiradoras, tiene como objetivo que niños y niñas exploren su mundo interno libremente y de manera creativa.
Carolina Bunge.
Gracias a los Fondos Concursables Mustakis, podrán imprimir copias suficientes para 9 establecimientos educacionales municipales, distribuidos en las comunas de San Bernardo, La Reina y Ancud, específicamente para los niveles tercero y cuarto básico.
Prevención-promoción salud mental temprana
El libro-diario “Con todo mi Yo” invita a los estudiantes a desarrollar una conexión emocional, una conciencia corporal, autoconocimiento y creatividad, para así mejorar la autoestima y las habilidades socioemocionales. De esta manera, se espera que los niños y niñas, tras compartir sus respuestas y experiencias, puedan relacionarse con los otros desde la empatía. Todo esto, para cimentar el camino previo, sano y seguro, hacia a la adolescencia, y, al mismo tiempo, se reduzcan incidentes vinculados a la salud mental en dicho tramo etario.
“En Chile, al igual que en muchos países del mundo, es especialmente preocupante el aumento de la mortalidad por causas externas en los adolescentes, las que representan el 60% del total de las muertes en adolescentes. En el grupo de adolescentes entre 10 a 14 años, la tasa de suicidios aumentó de 1,0 por 100.000 el año 2000 a 1,9 por 100.000 el año 2009” (DEIS, 2010).
Las ventajas de la lectura en el desarrollo integral
Se espera que los niños y niñas que participen de la lectura y de los ejercicios que ofrece “Con todo mi Yo” fortalezcan la conciencia de sí mismos, tanto en lo que respecta a aspectos negativos como positivos, dolores y alegrías, entre otros. Todo esto, con miras al desarrollo de la autonomía para la resolución de problemas cotidianos con los que se puedan encontrar.
Para lograrlo, esta iniciativa predispone desde un inicio la actitud curiosa, como una postura que se mantiene a lo largo de todo el texto, de la mano de la libre expresión: “En cada página de este libro puedes dibujar, escribir, o sencillamente observar y leer ¡Puede hacer lo que quieras! Atrévete a pintar, rayar, inventar con curiosidad e imaginación” (Con todo mi Yo, p.2). Con estas líneas introductorias, se deja planteada la invitación a abrirse a nuevas posibilidades, lo que interrumpiría el formato clásico de las escuelas que, muchas veces, resulta poco flexible.
Ya insertos en el libro-diario, los pequeños lectores podrán encontrarse con ejercicios orientados a la conciencia corporal y el autoconocimiento, vinculadas al reconocimiento propio del cuerpo, además de dinámicas de respiración profunda para trabajar la atención en el aquí y el ahora.
Si bien el primer encuentro con la lectura es autónomo, con cada niño y niña como protagonista de su experiencia, se plantea en el programa las instancias de encuentro con los otros para compartir lo que pensaron y sintieron. Así, se profundiza en el desarrollo de la empatía y la comunidad, en un ambiente de respeto, con diálogos abiertos y significativos entre sus compañeros y los docentes.
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