keyboard_arrow_up
keyboard_arrow_down
keyboard_arrow_left
keyboard_arrow_right
0%
Matías Sahli con camisa blanca y chaqueta azul frente a un muro de ladrillos
23/02/2023

Matías Sahli sobre la visión de Fundación Mustakis para este 2023: “Hay que sumar a todos a la mesa”

“En el Chile de hoy se necesita la colaboración porque los desafíos que tenemos como país son muy grandes y para abordarlos hay que sumar a todos a la mesa, no solamente otras fundaciones, sino que eventualmente el sector público y privado”, cuenta Matías Sahli Anastassiou, presidente del consejo directivo de Fundación Mustakis.

En esta entrevista, Matías Sahli nos explica el rol de la organización en el trabajo filantrópico, las novedades para este 2023 y por qué hay que seguir trabajando en equipo, midiendo lo que hacemos y generando redes para multiplicar el impacto social positivo.

—La acción filantrópica de la fundación va dirigida a niñas, niños y jóvenes. ¿Qué se obtiene a partir de este trabajo?

—El propósito de la fundación es el desarrollo integral de niñas, niños y jóvenes. Esto se enmarca en nuestro marco metodológico, en donde se comprende a las personas no tan solo con cuerpo y mente, sino que también con alma y emoción. Y eso es justamente en lo que hemos estado trabajando, implementar programas propios e impulsar iniciativas de terceros que busquen desarrollar estas habilidades en niños, niñas y jóvenes en Chile, despertando talentos y capacidades a través de experiencias que dejan huella.

—¿Qué se viene para Fundación Mustakis este año?

—Para la fundación, en el 2023 los principales objetivos son profundizar la colaboración con el ecosistema, basándonos en nuestro marco estratégico, con proyectos que se alineen con nuestros objetivos. Esto significa generar y articular iniciativas concretas buscando pilotajes de programas nacionales e internacionales, con evidencia, para poder demostrar su eficacia al traerlos a Chile, y poder articular más redes globales con el ecosistema. De ahí, específicamente, llevar a cabo iniciativas de la fundación con impacto social, fomentando e impulsando las inversiones de impacto en nuestro portafolio. Creemos que en la colaboración hay un valor súper importante, y esto además de ayudarnos a escalar iniciativas, nos permitirá unificar y mejorar los criterios de medición de los programas de innovación educativa y desarrollo integral en Chile.

—¿Cuáles son los criterios de medición y por qué son tan necesarios en la labor filantrópica de la fundación?

— En la Fundación, vemos dos líneas de medición en general. La medición de los resultados intermedios, que son todas las mediciones que uno puede hacer para mejorar la eficiencia y la efectividad de los programas; aquí van todos los indicadores, métricas, competencias y pilares, que nos permiten mejorar como fundación.  Y la segunda son las mediciones de impacto, que se hacen a mediano y largo plazo, con el fin de testear ciertas hipótesis, y demostrar que los programas que nosotros podemos impulsar de manera propia o en conjunto, tendrán los cambios que deseamos. Eso siempre hay que hacerlo siguiendo la rigurosidad de la investigación e idealmente apoyado por académicos y universidades. Es importante la medición de resultados, tanto para mejorar la gestión de los programas en el día a día como para demostrar que los impactos positivos esperados efectivamente ocurren, y de esa forma priorizar los esfuerzos filantrópicos en el largo plazo.

—¿Por qué la fundación se inclina por trabajar en equipo y generar redes?

—La experiencia que hemos tenido colaborando en el sector filantrópico ha sido extremadamente positiva. En el Chile de hoy se necesita la colaboración porque los desafíos que tenemos como país son muy grandes y para abordarlos hay que sumar a todos a la mesa, no solamente otras fundaciones, sino que eventualmente el sector público y privado. Hay que actuar en red porque así el impacto que podemos generar en las distintas comunidades y a nivel nacional es mucho mayor.

—¿Qué te gustaría destacar de estos 26 años de Fundación Mustakis?

—Hay muchas cosas que destacar, pero sobre todo, la fundación por sí misma ha sido bastante pionera e innovadora en sus programas e iniciativas que ha impulsado, tanto de forma propia como con terceros. En estos 26 años han pasado decenas de programas de innovación educativa, culturales y artísticos. Hay una serie de programas propios que siguen siendo implementados a nivel regional y nacional como el de Robótica Educativa, Cuentacuentos, Kaos Espacio Creativo, Circo Frutillar y Planeta Mustakis, que han tenido la capacidad de estar constantemente innovando y mejorando, lo que nos ha permitido ajustar los formatos y contenidos en el tiempo. También es importante agradecer a las alianzas y el ecosistema de emprendimientos e  innovaciones sociales por la colaboración y redes de trabajo que hemos generado en el tiempo, a través de los fondos concursables y becas. Eso le ha dado a la fundación un gran impulso y dinamismo. Por último, se destacan las inversiones de impacto y cómo en el tiempo hemos migrado de un modelo de gestión financiera tradicional a uno enfocado en inversiones sostenibles con una estrategia a futuro para generar un impacto social positivo paralelo a la actividad filantrópica tradicional.