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06/07/2021

La relevancia de la espiritualidad y el mundo interno en el desarrollo integral

¿Cómo conectarnos y aprender desde la espiritualidad y el mundo interno?

¿Quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿para qué soy? son algunas de las respuestas esenciales que encuentras en este lugar.

La espiritualidad y el mundo interno es el lugar más profundo de una persona, por lo tanto, es aquel espacio al que es más difícil llegar también. Este tiene que ver con la conciencia de saber quién soy, dónde estoy y para qué soy, por lo tanto, es aquel que te hace una persona única e irrepetible.

Este centro espiritual ordena la estructura de la personalidad y requiere que el cuerpo, el alma, la mente y las emociones estén alineadas. Siendo así, es más fácil conectar con este lugar y, por consiguiente, con la energía creativa fundamental de cada ser humano.

Así, incentivar la espiritualidad y el mundo interno es esencial para el desarrollo integral de la persona, porque si se piensa, siente y actúa en direcciones opuestas, el individuo podría desarrollarse como un ser disociado, que no ha logrado conectarse consigo mismo.

Conceptos relacionados a la espiritualidad y el mundo interno

Confianza

La confianza es una emoción básica constitutiva de lo humano, pues nacemos en la confianza, entendiendo que vamos a encontrar aquello que necesitamos para vivir. La confianza es básica y permite saberme cuidado por el medio, que mi existencia va a ser posible y, por tanto, me entrego en la inocencia de la experiencia. Con confianza no necesito saber racionalmente todo, sino que hay una intuición y lectura que me permite entregarme de manera auténtica e inocente.

La confianza, entonces, es una invitación a confiar en el mundo, en el otro y en la trascendencia de mí mismo. A través de ella confío en que la realidad tiene un sentido y mi mundo interno está alineado a ello.

Poder interno

El poder interno está relacionado con la confianza y con saberse un ser amado, un ser con autoestima. El poder interno ayuda a entender que la realidad tiene sentido, saber que otros te necesitan y que eres un ser capaz de colaborar en el transcurso del desarrollo.

Creencias limitantes

Las creencias limitantes están ligadas a temas culturales, con algo que nos dijeron y lo fuimos elaborando hasta el punto de crear una falsa identidad.

Un ejemplo básico de creencias limitantes puede ser decirle a un niño o niña que es mal@ para las matemáticas. Quizás en realidad el bajo rendimiento en la materia se debe a otros factores, pero como fue algo que se lo dijeron en reiteradas ocasiones, terminó creyendo que era parte de su identidad. Ejemplos como el anterior se pueden extrapolar a miles, lo importante es construir la identidad personal dejando a un lado las creencias limitantes que todos pueden tener.

Compasión

Para ser compasivo se necesitan tres elementos. Existe el cognitivo: entender al otro; un elemento emocional: conmoverme con lo que me dice el otro, ponerme en su lugar y un componente de voluntad: quiero ayudarte a salir de donde estás.

La compasión se liga al desarrollo profundo interno porque las competencias más complejas tienen que ver con un ser integrado desde su centro espiritual y si estamos disociados en mente, alma, cuerpo y espíritu, difícilmente voy a conectar con esta espiritualidad.

Expansión de la espiritualidad y el mundo interno en el proceso educativo

Para Fundación Mustakis es muy importante potenciar el desarrollo de la espiritualidad y el mundo interno en la educación. Para ello, hay que tener en cuenta que l@s niñ@s son seres muy integrados a los que hay que darles ritmos y pausas y por tanto diseñar y crear recursos docentes y prácticas de enseñanza-aprendizaje que pongan en valor la confianza, la compasión, el poder interno y tener conciencia de las creencias limitantes para no interferir en la estructura de la personalidad de las personas.

La espiritualidad tiene que ver con estar conectado con todo y en la educación eso no se puede dejar de lado. Preguntémosle a los niños y niñas qué sienten con lo que se está aprendiendo, enseñémosle a agradecer las distintas cosas que los rodean; cambiemos el lenguaje por uno que invite a la emoción, a la espiritualidad y la interioridad.