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26/07/2022

“Sueño con una educación profunda y real, en la que prime el respeto y el diálogo”.

“Sueño con una educación profunda y real, donde se compartan visiones de humanidad y en las que prime el respeto y el diálogo”.

Domingo Errázuriz, el nuevo Director Ejecutivo de Fundación Mustakis

Desde el 1 de junio asumió como nuevo Director Ejecutivo de Fundación Gabriel & Mary Mustakis (FGMM) el ingeniero comercial de la PUC, Domingo Errázuriz Domeyko, quien con sus 33 años de edad viene a formar parte del recambio generacional que la fundación se propuso para este 2022.

Junto a Matias Sahli (33), el nuevo Presidente del Consejo Directivo, Domingo Errázuriz se embarcará en la importante misión de aportar una nueva mirada al propósito de la institución, dándole continuidad a los 25 años de trabajo contribuyendo al desarrollo integral de las personas.

Con una carrera de 8 años en la Protectora de la Infancia, primero como Coordinador de Gestión Estratégica y luego como Gerente de Comunicaciones y Marketing, Domingo indica que uno de sus principales aportes será el de “un liderazgo cercano, constructivo, soñador y en confianza con todo un equipo humano que está dispuesto a dar su 100% para transformar la vida de niñas, niños y jóvenes”.

Miembro de una familia de 5 hermanos, Domingo Errázuriz se declara como un entusiasta de conocer nuevas dimensiones del ser humano y de sí mismo, revelando que a lo largo de su vida ha estado buscando constantemente la mejor manera de ser un aporte a la sociedad.

¿Cómo llegaste a Fundación Mustakis?

 

Conocí a Fundación Mustakis gracias a los Fondos Concursables para la Innovación Educativa, ya que con la Protectora de la Infancia postulamos para desarrollar un proyecto de habilidades socioemocionales en jardines infantiles, fondo que finalmente no nos adjudicamos. Sin embargo, esto me permitió conocer a la fundación más de cerca. Cuando me contaron que estaban buscando un director ejecutivo en la fundación, pensé de inmediato en lo que podría aportarles, especialmente en lo relacionado a la generación de alianzas, vínculos y comunicaciones. Postulé para ver si me consideraban un candidato idóneo y a medida que avanzaba en el proceso, me ponía muy contento al ver que en cada entrevista que tuve, iba obteniendo mucha inspiración de las personas con las que conversaba.

¿Qué es lo que te motiva a trabajar en esta fundación?

 

Me motiva su propósito, y el gran desafío que significaba liderar una institución con 25 años de historia muy bien llevados

Se habla de un recambio generacional en la fundación, ¿cómo lo ves?

 

Lo veo como una gran oportunidad de aportar una nueva mirada, así como también una gran responsabilidad. Principalmente por el hecho de querer respetar lo que se ha hecho hasta ahora, y continuar el legado de una familia que ha realizado un gran trabajo de impacto. Creo que hay una oportunidad muy importante de poder trabajar articuladamente con todas las generaciones; porque esto no se trata de inventar la rueda; la rueda aquí ya está girando con fuerza, una fuerza que le ha puesto como impronta en su liderazgo George Anastassiou en los 25 años precedentes. Sin embargo, estoy seguro que con Matías Sahli, el nuevo presidente, vamos a poder darle una mirada innovadora al propósito de la institución, siempre respetando el trabajo realizado y lo que vendrá. Sabemos que lo que se ha hecho tiene que inspirarnos y que nos ayudará a darle una continuidad al camino recorrido, pero con una visión renovada.

¿Cuál es tu mayor objetivo a cumplir en la fundación?

 

Para mí es muy importante comenzar con una reflexión en la que quede muy claro que el propósito y la misión de la fundación es nuestra motivación y motor. Me gustaría que reflexionáramos acerca de qué es el desarrollo integral por el que trabajamos, y me gustaría que fuera a nivel de consejo directivo, de equipo y con los proyectos e iniciativas que apoyamos. Quiero que hablemos sobre cómo y cuándo estamos potenciando el desarrollo integral en niñas, niños y jóvenes, y que se tangibilicen y sistematicen los resultados. Espero que seamos capaces de identificar cuáles son las iniciativas que promueven en mayor medida el desarrollo integral, para de este modo poder escalarlas y obtener un mayor alcance. La idea es poder generar proyectos sustentables, replicables, que aporten valor, reflexión y que nos indiquen con seguridad que estamos aportando a la promoción del desarrollo integral en niñas, niños y jóvenes, porque lo hemos comprendido, lo hemos medido y lo hemos compartido. Yo creo que la Fundación Mustakis tiene la oportunidad de aportar conocimientos y resultados a un tema trascendental que necesita de mediciones y avances concretos.

¿Por qué optaste por la educación?

 

Existe una influencia familiar importante en esto. La familia por el lado de mi mamá y abuela, siempre ha estado muy ligada a la educación, en colegios principalmente. Y siendo parte del Directorio de la Editorial Universitaria también me ha tocado estar muy cerca del ámbito cultural. Creo firmemente que generar diálogos, conocimiento, diversas comprensiones del mundo nos permite aportar, relacionarnos mejor como sociedad, ser mejores personas. Yo creo que no elegí deliberadamente la educación como área, si no que elegí iniciativas que estuvieran cambiando el mundo, y éstas tenían relación con la educación. Creo que la educación nos da la oportunidad de poder cambiar el país, de que exista una nueva generación de personas con conocimientos y habilidades. Porque no se trata sólo de entregar contenidos, sino también la capacidad de entender esos contenidos y generar comprensiones de la realidad en un contexto de diálogo, de aprendizaje compartido, de tolerancia, de humanidad. Entendiendo que mi vida está en constante educación y aprendizaje, qué bonito es poder generar instancias para que más personas también puedan tener ese viaje de descubrimiento y de encuentro.

¿Cómo sueñas la educación en Chile?

 

Es una pregunta difícil, porque la educación ha sido, y siempre será, un desafío gigante. Pero respondiendo a la pregunta, sueño con una educación profunda y real, donde se compartan visiones de humanidad, en las que prime el respeto y el diálogo. Donde haya oportunidades para que cualquier talento pueda desarrollarse, y que en el fondo entendamos que somos parte de una sociedad diversa, llena de desafíos, pero en la que todos podamos aportar una nueva mirada, una nueva fuerza. Me gustaría que en Chile pudiésemos tener como base una sociedad colaborativa, idealista, respetuosa y donde la educación no sea solo la formación técnica, sino también educación cívica, valórica, social, espiritual, en el fondo, integral.

¿Cómo te imaginas el Kosmos Mustakis en el mediano plazo?

 

Parte de mi experiencia en la Protectora de la Infancia me permite entender el valor que se le da al ecosistema y por qué el potenciarlo es tan importante. Allá también me tocó estar muy ligado a esto, conocer a los grupos de interés, a toda esa fuerza externa que te ayuda a desarrollar tu visión. En el caso particular de Mustakis, me ha gustado mucho la propuesta conceptual del “Kosmos Mustakis”, donde todas las iniciativas tienen una aproximación distinta a la misión de la fundación. Personalmente, quisiera conocer muy bien a todas esas personas que están liderando proyectos del Kosmos, ya sea por parte de las becas, fondos concursables, alianzas y/o programas propios. El objetivo es encontrar la manera en que los proyectos se complementen entre ellos y también ser capaces de poder articular todo lo que la fundación tiene para entregarles, ya que en 25 años de historia es mucho lo que ha aprendido y, por ende, mucho lo que puede entregar. Tanto como lo que puede aprender, si logramos articularnos correctamente. La idea es que todas las iniciativas sientan esa compañía y soporte, que no sólo entregamos financiamiento, sino que también una mano para todo lo que necesiten, y que sientan que son parte de esta comunidad creativa e innovadora.

Desde Protectora de la Infancia a Fundación Mustakis, ¿cómo crees que tu recorrido profesional puede nutrir a esta institución?

 

Agradezco mucho la confianza que se me dio en la Protectora de la Infancia para poder desarrollarme profesionalmente una vez egresado de la universidad. Fueron 8 años de mucho aprendizaje, en una institución con 127 años de trayectoria e impacto en más de 10 mil niñas, niños y jóvenes beneficiados a lo largo de 8 regiones del país. Haber podido ser responsable de aportar vínculos con grupos de interés externos, desde una comunicación responsable y conectada con el propósito, tanto como el haber generado importantes alianzas con importantes organizaciones público-privadas del país, me dio la seguridad de pensar que podía tomar el desafío que se me ofrecía en Fundación Mustakis y ser un aporte en su propósito.